PARTE DE LA HISTORIA DE LOS CHARRUAS

BREVE RESEÑA DE SU ESTADÍA EN FRANCIA
Es bastante conocida la peripecia de los cuatro Charrúas que fueron llevados a Francia por de Curel, cuya estadía, según se ha mencionado, sería solo por dos años, y a los efectos de realizarles estudios de tipo antropológico.
Habiendo llegado a Francia el día 7 de mayo 1833, no llegaron a completar los dos años ya que Guyunusa fallece el 22 de julio de 1834, y a partir del día 27 de ese mismo mes se pierde el rastro de Tacuabé y la hijita de Guyunusa que ya había cumplido los 10 meses.
Lamentablemente los Charrúas sufrieron muchísimo el alejamiento de su Patria, principalmente Vaimaca y Senaqué, quienes no pudieron curar de sus heridas; la nostalgia de sus tierras los sumió en un estado de depresión existencial que disimulaban apenas con un gesto de indiferencia ante lo que los rodeaba.
Es así que se dice en la obra de Maruca Sosa , pág. 289, que lo que mató a Vaimaca no fue una maza que le abrió la cabeza en su juventud ni un golpe de hacha, en la plenitud de su gloria sino "un cambio de domicilio", y sin embargo Vaimaca no perdió su dignidad de cacique, de patriota, pidiendo sin cesar volver a ver a sus iguales en el Uruguay: "...son orgueil (orgullo) lui fait dédaigner (desdeñar), les visites journalières (diarias) qui lui sont faites, et solliciter une entrevue (entrevista) avec le Roi des Français, pour lui demander un vaisseau (navío) et des hommes afin de pouvoir retourner en Amérique et venger l´honneur de sa tribu détruite"...(Ver P. Rivet ob. cit. Pág. 35, ANEXO 10).
Su altura moral de un cacique que había luchado nada menos que junto a Artigas, le hacía pensar que solo debía hablar con quien consideraba su igual, aunque en este caso fuera el propio Rey de Francia. Esto nos muestra que aunque su cuerpo desfallecía su espíritu estaba más vivo y más firme que nunca.
También citaremos una fuerza espiritual idéntica en Senaqué, cuando es internado, ya próximo a morir, relata el enfermero Camus :..."Calme et indifférent, il semblait étranger (parecía ajeno) á tout ce qui léntourait (a todo lo que lo rodeaba)...Il gardait un silence absolu, qu´il ne rompit qu´une fois sans provocation: Oh! París! París! s´écria-t´il (exclamó) et pour ceux qui l´entendirent (y para aquellos que lo entendieron) il y avait (estaba) dans cette exclamation toute son histoire « .(VER ANEXO 7, pág. 99- P. Rivet, ob. Cit.).
Toda su historia se simbolizaba en esa exclamación: Oh! París! París! como dando a entender el engaño que habían padecido cuando les propusieron llevarlos a París, solo para sufrir, perdiendo lo más querido, que era su libertad; así como también podía significar irónicamente la crueldad que el destino había reservado para con su pueblo durante los tres siglos anteriores.
Agregaremos algunas anécdotas de estos Charrúas citadas por Maruca Sosa, las que resultan muy interesantes, y hasta risueña su conversación con los académicos que los visitaban, se agregan en ANEXO 11, págs. 284 a 289.
GUYUNUSA...
Hoy lustro mis pensamientos
Al son de la nostálgica distancia,
Y mis ijou se vuelven tristes.
Son los mas tristes que existen…
Las personas pasan y me miran
Entre nubes, como si fuera un espejismo,
Sus lujosos trajes de época,
Dejan reflejos de colores en mis ijou…
Que nostalgia de mi bosque…
De la tierra de sencilla gente,
De mi chalouá… guidai
Blanca y serena rodeada de estrellas.
Donde el hue corre serena sin prisa
Y refresca mi sepé seca de sed
Mojando mi itaj adornado y sedosos,
Respirando la vida de betum detí guidai…
Ya no hablo nadie me entiende,
Solo afianzo y apreso mis guar…
Cierro mis ijou imagino el it
De mi tribu charrúa, bilu bello… Bilu bello….
Marta Silva

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